«Lo interesante del yacimiento es que se encuentra en su contexto originario, y eso, en Asturias, no es muy frecuente», comentó la experta.
Asturias piezas provenientes de fechas prehistóricas. «Lo raro es que suceda lo que ha pasado en la calle de La Cámara», apuntó la arqueóloga, que asocia así el yacimiento local a los de Cabo Busto, en Valdés; Paredes, en Siero, o la propia Ronda de Gijón. Todos estos yacimientos fueron estudiados por Adolfo
Rodríguez Asensio. Cristina Arca se encargó del estudio arqueológico del solar número cinco de la calle de La Cámara. «Presentamos un proyecto a la Consejería de Cultura, que nos aprobó», explicó la experta. «Cuando la empresa vio segura nuestra entrada -la obra prevista era la de un edificio que iba a mantener una fachada original de 1920-, nos pusimos a trabajar», añadió.
El primer paso fue el de hacer una trinchera que comenzaba a la altura de la calle de La Cámara y terminaba al fondo del solar. «Esta trinchera tenía distintas medidas: iba de los cincuenta centímetros al metro veinte, hasta encontrar suelo que no tuviera presencia humana», explicó Cristina Arca.
En la primera parte de la trinchera -bajo el edificio antiguo- los arqueólogos encontraron trozos de cerámica de Miranda, un posible pilpayo y la primera hacha prehistórica. «Era una bifaz, y me sorprendió mucho. Lo que en principio esperábamos encontrar, como mucho, se remontaría a la Edad Media. Lo que tuvimos que hacer entonces fue abrir una bolsa, una nueva etiqueta y esperar a verÉ», apuntó la arqueóloga.
El descubrimiento de la primera pieza alertó al equipo de Cristina Arca. Vino después una segunda pieza, y, al fondo del solar, lejos de los cimientos del viejo edificio, hallaron el resto, las otras diecisiete. «Hay piezas con el canto rodado, y existen también hachas que conservan el filo original; la mayoría de ellas tiene el canto, digamos, más dulcificado», señaló la arqueóloga. «Lo siguiente fue el encargo de un estudio geológico que determinase la datación del hallazgo y corroborase el contexto arqueológico. Lo dirigió Germán Flor, y la empresa promotora no puso ninguna objeción», comentó Cristina Arca. El edificio que se levantó en la calle de La Cámara lo hizo sobre una terraza fluvial que, según Flor, vendría de Miranda. «No hay más que lo que presentamos en la memoria, y ahora las piezas se guardan en el Arqueológico», concluyó Arca.
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