ENTAMU

El último año del siglo XIX, vio la llegada de mi abuela a la vida, en el humilde y pescador barrio de Sabugo; vio la llegada de mi abuelo, que con su familia mirandina, desembarcó en el puerto de Santander, trasladándose a la Calle Nueva de Avilés. Llegaron a bordo del barco Alfonso XIII, procedentes de Santa Clara (Cuba), él apenas tenía tres años, sus padres no habían ido a hacer la Habana, habían ido de criados de unos señores de Galiana, y regresaron con cuatro reales, con los que abrieron el bar Casa la Rubia.

Cuento todo esto, porque mi abuela, es una de las mayores responsables de mi interés por la historia de nuestra villa; Sus historias sobre cosas acontecidas en la villa, como el hambre que pasaba en los principios del siglo XX, el vampiro de la Magdalena, el bar que poseía mi bisabuela, la fabrica de baldosas de mi abuelo, etc., me hicieron empezar a investigar sobre nuestro pasado. No es que mi abuela fuera una gran contadora de historias, pero recuerdo que a mediados de los años 80, cuando la televisión programaba la serie Raíces, esa serie hizo que empezará a interesarme por mis antepasados, ¿quiénes eran? ¿cómo vivían? ¿de donde procedían?, ahí empezaron las preguntas a mi abuela, de sus respuestas salieron nombres como Gertrudis, Benita, el Sargento “Pates”, Pepe “El Cristo”, etc. Veinte años más tarde, me regalaron un libro: “Avilés Memoria Gráfica”, cientos de fotografías del Avilés de primeros del siglo veinte. En ese momento renació mi interés por nuestro pasado, pero no solamente por mis ancestros. Esas imágenes hicieron que retomará con fuerza la realización de mi árbol genealógico, pero también mi interés por lo que es toda la historia de nuestra, villa milenaria.

lunes, 29 de enero de 2018

LOS PELUQUEROS NO SOLO AFEITAN Y CORTAN EL PELO



La última década del siglo XIX fue el comienzo de la organización obrera en nuestra villa, los canteros, los obreros del puerto fueron los primeros en hacerlo, pero también los camareros, mozos del comercio, zapateros, y como no… los peluqueros.



La Sociedad Obrera de peluqueros y barberos de Avilés nombra en febrero su junta provisional con José Alba como presidente, como vicepresidente aparece Pablo Miranda, tesorero Víctor Vallina Uría, secretario-contador Andrés Leopoldo de la Vega, y como vocales Bonifacio Fernández, Florentino Miranda y Julián Fernández.



 En marzo de mil novecientos, la Sociedad Obrera de Peluqueros de Avilés, inicia unas duras negociaciones con sus patronos, para conseguir mejores condiciones horarias en su trabajo. No es una lucha por motivos económicos, sino una lucha por sus condiciones de vida.

 Después de unos meses de negociaciones y paros intermitentes, los peluqueros consiguen de sus patronos:



a)    Desde el uno de abril al treinta de septiembre, entrar al trabajo a las siete de la mañana y salir a las nueve de la noche, exceptuando las vísperas de días festivos que se abrirá más temprano y cerrará más tarde

b)    Domingos y días festivos abrir a la hora que se crea más conveniente y cerrar a las cuatro de la tarde

c)    Los lunes que sean festivos se trabajará todo el día y sólo se cerrará una hora antes que los días ordinarios

d)    Durante las ferias de San Agustín se trabajará como en días no festivos y una vez pasadas estas se concederá a los oficiales un día de paseo

e)    Desde el uno de octubre al treinta de marzo, entrar al trabajo a las ocho de la mañana y salir a las ocho de la tarde

f)      Desde el uno de octubre al treinta de marzo, entrar al trabajo a las ocho de la mañana y salir a las ocho de la tarde



Fue una pequeña victoria, que contribuyó al auge de las sociedades obreras fuera de las fábricas, los talleres y la mina.

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