ENTAMU

El último año del siglo XIX, vio la llegada de mi abuela a la vida, en el humilde y pescador barrio de Sabugo; vio la llegada de mi abuelo, que con su familia mirandina, desembarcó en el puerto de Santander, trasladándose a la Calle Nueva de Avilés. Llegaron a bordo del barco Alfonso XIII, procedentes de Santa Clara (Cuba), él apenas tenía tres años, sus padres no habían ido a hacer la Habana, habían ido de criados de unos señores de Galiana, y regresaron con cuatro reales, con los que abrieron el bar Casa la Rubia.

Cuento todo esto, porque mi abuela, es una de las mayores responsables de mi interés por la historia de nuestra villa; Sus historias sobre cosas acontecidas en la villa, como el hambre que pasaba en los principios del siglo XX, el vampiro de la Magdalena, el bar que poseía mi bisabuela, la fabrica de baldosas de mi abuelo, etc., me hicieron empezar a investigar sobre nuestro pasado. No es que mi abuela fuera una gran contadora de historias, pero recuerdo que a mediados de los años 80, cuando la televisión programaba la serie Raíces, esa serie hizo que empezará a interesarme por mis antepasados, ¿quiénes eran? ¿cómo vivían? ¿de donde procedían?, ahí empezaron las preguntas a mi abuela, de sus respuestas salieron nombres como Gertrudis, Benita, el Sargento “Pates”, Pepe “El Cristo”, etc. Veinte años más tarde, me regalaron un libro: “Avilés Memoria Gráfica”, cientos de fotografías del Avilés de primeros del siglo veinte. En ese momento renació mi interés por nuestro pasado, pero no solamente por mis ancestros. Esas imágenes hicieron que retomará con fuerza la realización de mi árbol genealógico, pero también mi interés por lo que es toda la historia de nuestra, villa milenaria.

martes, 6 de febrero de 2018

¿PODEMOS LLAMARLO CHIVATAZO?



Manuel del Busto Delgado es un arquitecto que aparece en el paisaje arquitectónico avilesino en 1898, cuando se le encarga la construcción de unas casas en la calle de la Estación. En julio de 1899 es nombrado arquitecto municipal de León, dos meses después por razones que desconocemos renuncia al cargo, y regresa a Avilés realizando diversos proyectos, entre ellos el del Teatro Palacio Valdés.

 Es diciembre de mil novecientos cuando Manuel del Busto presenta al Ayuntamiento un escrito manifestando que en la Calle de la Estación se está construyendo una casa para Eladio Muñiz, hallándose firmado el plano por un desconocido maestro de obras apellidado Zapata, y en el cementerio municipal dos panteones uno para Manuel Rodríguez  cuyo proyecto esta firmado por J. Cabal, y otro para la marquesa viuda de San Juan de Nieva, cuyo plano, según el informe, aun no ha sido presentado a pesar de hallarse terminantemente dispuesto que cuantos proyectos se presenten para la realización de obras en los cementerios municipales habrán de ser suscritos precisamente por arquitectos.

 El Ayuntamiento contesta a Manuel del Busto, que exigirá al señor Zapata los documentos que acrediten su aptitud legal para suscribir como lo hizo el proyecto cuyo expediente se halla en tramitación para la construcción de la casa de Eladio Muñiz, y en cuanto lo que manifiesta respecto a los panteones que si hasta hace poco por carecer de arquitecto la localidad hubo alguna tolerancia en la admisión de proyectos, en lo sucesivo se exigirá que estos se ajusten a las prescripciones del vigente reglamento.

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