ENTAMU

El último año del siglo XIX, vio la llegada de mi abuela a la vida, en el humilde y pescador barrio de Sabugo; vio la llegada de mi abuelo, que con su familia mirandina, desembarcó en el puerto de Santander, trasladándose a la Calle Nueva de Avilés. Llegaron a bordo del barco Alfonso XIII, procedentes de Santa Clara (Cuba), él apenas tenía tres años, sus padres no habían ido a hacer la Habana, habían ido de criados de unos señores de Galiana, y regresaron con cuatro reales, con los que abrieron el bar Casa la Rubia.

Cuento todo esto, porque mi abuela, es una de las mayores responsables de mi interés por la historia de nuestra villa; Sus historias sobre cosas acontecidas en la villa, como el hambre que pasaba en los principios del siglo XX, el vampiro de la Magdalena, el bar que poseía mi bisabuela, la fabrica de baldosas de mi abuelo, etc., me hicieron empezar a investigar sobre nuestro pasado. No es que mi abuela fuera una gran contadora de historias, pero recuerdo que a mediados de los años 80, cuando la televisión programaba la serie Raíces, esa serie hizo que empezará a interesarme por mis antepasados, ¿quiénes eran? ¿cómo vivían? ¿de donde procedían?, ahí empezaron las preguntas a mi abuela, de sus respuestas salieron nombres como Gertrudis, Benita, el Sargento “Pates”, Pepe “El Cristo”, etc. Veinte años más tarde, me regalaron un libro: “Avilés Memoria Gráfica”, cientos de fotografías del Avilés de primeros del siglo veinte. En ese momento renació mi interés por nuestro pasado, pero no solamente por mis ancestros. Esas imágenes hicieron que retomará con fuerza la realización de mi árbol genealógico, pero también mi interés por lo que es toda la historia de nuestra, villa milenaria.

jueves, 8 de febrero de 2018

ESPANTADA DE GANADO EN 1846

Publicado en "El Español" el 5 de septiembre de 1846:
En las actuales ferias de la villa de Avilés ha habido un espanto en estos últimos días entre los ganados, que ocasionó muchas desgracias: tres hombres muertos aparecieron en el campo y 36 heridos, de los que los mas son de mucha gravedad: el número perdido de reses aún no se sabe, pero es considerable; infinidad de bueyes y vacas descornadas, muertas, perniquebradas e inutilizadas, además de las muchas que desbandadas tomaron a los montes y otras a la ría, en donde perecieron. De resultas de esta desagradable ocurrencia ha perdido mucho la feria, que sin embargo de haberse presentado bajo buenos auspicios como Vds pueden suponer debió de decaer mucho

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