ENTAMU

El último año del siglo XIX, vio la llegada de mi abuela a la vida, en el humilde y pescador barrio de Sabugo; vio la llegada de mi abuelo, que con su familia mirandina, desembarcó en el puerto de Santander, trasladándose a la Calle Nueva de Avilés. Llegaron a bordo del barco Alfonso XIII, procedentes de Santa Clara (Cuba), él apenas tenía tres años, sus padres no habían ido a hacer la Habana, habían ido de criados de unos señores de Galiana, y regresaron con cuatro reales, con los que abrieron el bar Casa la Rubia.

Cuento todo esto, porque mi abuela, es una de las mayores responsables de mi interés por la historia de nuestra villa; Sus historias sobre cosas acontecidas en la villa, como el hambre que pasaba en los principios del siglo XX, el vampiro de la Magdalena, el bar que poseía mi bisabuela, la fabrica de baldosas de mi abuelo, etc., me hicieron empezar a investigar sobre nuestro pasado. No es que mi abuela fuera una gran contadora de historias, pero recuerdo que a mediados de los años 80, cuando la televisión programaba la serie Raíces, esa serie hizo que empezará a interesarme por mis antepasados, ¿quiénes eran? ¿cómo vivían? ¿de donde procedían?, ahí empezaron las preguntas a mi abuela, de sus respuestas salieron nombres como Gertrudis, Benita, el Sargento “Pates”, Pepe “El Cristo”, etc. Veinte años más tarde, me regalaron un libro: “Avilés Memoria Gráfica”, cientos de fotografías del Avilés de primeros del siglo veinte. En ese momento renació mi interés por nuestro pasado, pero no solamente por mis ancestros. Esas imágenes hicieron que retomará con fuerza la realización de mi árbol genealógico, pero también mi interés por lo que es toda la historia de nuestra, villa milenaria.

miércoles, 31 de enero de 2018

EL PELIGRO DE LAS BICICLETAS EN 1926

En “Región” del 8 de Enero de 1926:
“Un día tras otro se vienen repitiendo los atropellos efectuados por los ciclistas que en rápidas carreras atraviesan nuestras plazas y calles más céntricas.
Jóvenes que van a su taller profesional y pacíficos transeuntes, personas todas adultas, fueron tiradas recientemente en plena calle, sin que las degracias ocasionadas, como a una de la clase de bordados del Sindicato C. de la Aguja, hiciese moderar la marcha a dichos ciclistas, algunos de los cuales no tienen mas urgencia en sus carreras que la de ganar una apuesta, o divertirse a su gusto.
Muy de veras esperamos del señor alcalde que evite eficazmente en lo sucesivo sucesos como los pasados, que todos no podemos menos que lamentar.”

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