ENTAMU

El último año del siglo XIX, vio la llegada de mi abuela a la vida, en el humilde y pescador barrio de Sabugo; vio la llegada de mi abuelo, que con su familia mirandina, desembarcó en el puerto de Santander, trasladándose a la Calle Nueva de Avilés. Llegaron a bordo del barco Alfonso XIII, procedentes de Santa Clara (Cuba), él apenas tenía tres años, sus padres no habían ido a hacer la Habana, habían ido de criados de unos señores de Galiana, y regresaron con cuatro reales, con los que abrieron el bar Casa la Rubia.

Cuento todo esto, porque mi abuela, es una de las mayores responsables de mi interés por la historia de nuestra villa; Sus historias sobre cosas acontecidas en la villa, como el hambre que pasaba en los principios del siglo XX, el vampiro de la Magdalena, el bar que poseía mi bisabuela, la fabrica de baldosas de mi abuelo, etc., me hicieron empezar a investigar sobre nuestro pasado. No es que mi abuela fuera una gran contadora de historias, pero recuerdo que a mediados de los años 80, cuando la televisión programaba la serie Raíces, esa serie hizo que empezará a interesarme por mis antepasados, ¿quiénes eran? ¿cómo vivían? ¿de donde procedían?, ahí empezaron las preguntas a mi abuela, de sus respuestas salieron nombres como Gertrudis, Benita, el Sargento “Pates”, Pepe “El Cristo”, etc. Veinte años más tarde, me regalaron un libro: “Avilés Memoria Gráfica”, cientos de fotografías del Avilés de primeros del siglo veinte. En ese momento renació mi interés por nuestro pasado, pero no solamente por mis ancestros. Esas imágenes hicieron que retomará con fuerza la realización de mi árbol genealógico, pero también mi interés por lo que es toda la historia de nuestra, villa milenaria.

viernes, 16 de febrero de 2018

EL HOSPITAL DE CARIDAD EN EL SIGLO XIX

Mal andaría Avilés en cuestiones benéficas en el primer tercio del siglo XIX, cuando el ayuntamiento, en sesión celebrada el 8 de Febrero de 1837, acordó constituir la Junta de Beneficencia, que se incorpora a la vida activa el día 9 de Marzo del mismo año, presidiéndola el entonces alcalde Don Nicolás Arango, y compuesta por Don Modesto Fernández Bango, como secretario; Don Leoncio de Zaldúa, como contador; y, como vocales, Don José Rodriguez de la Flor, Don Galo de los Alas Pumariño, y el párroco de Santo Tomás de Sabugo, Don José Galán del Gallo, en su condición de sacerdote más antiguo de la Villa.
La nueva Junta de Beneficencia, acordó en su primera sesión solicitar al Ayuntamiento se le facilitase un local adecuado para instalar en él un albergue de mendigos y enfermos, que bién pudiera ser alguna de las dependencias del viejo convento de la Merced, en cuyo solar se erigió a principios del siglo XX, el bellisimo templo dedicado a nuetra Señora de la Merced, parroquia de Santo Tomás de Cantorbery. Para dar forma a esta petición fueron designados por la corporación municipal los regidores Don Ramón González Llanos y Don José Rodríguez Villamil. En la Junta que hacemos referencia se acordó también, solicitar de la Fundación Solís diese cuenta de sus ingresos. Hay razones más que suficientes para creer que dicha Fundación se refiera a alguna de las establecidas por el clérigo avilesino Don Pedro Solís. Con fecha 22 de Mayo de 1840, la Junta de Beneficencia solicita en la diputación provincial, se le autorize para establecer un hospital de Caridad en el edificio existente en la calle de Rivero, erigido en el año 1515 por Don Pedro Solís como albergue de peregrinos, solicitud a la que accede por aquel organismo, solicitud a la que se accede por aquel organismoprovincial. De acuerdo con esa autorización al hospital de Caridad, una vez efectuadas las obras de acondicionamiento necesarias, se inagura solemnemente el día 28 de Marzo de 1841.

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