ENTAMU

El último año del siglo XIX, vio la llegada de mi abuela a la vida, en el humilde y pescador barrio de Sabugo; vio la llegada de mi abuelo, que con su familia mirandina, desembarcó en el puerto de Santander, trasladándose a la Calle Nueva de Avilés. Llegaron a bordo del barco Alfonso XIII, procedentes de Santa Clara (Cuba), él apenas tenía tres años, sus padres no habían ido a hacer la Habana, habían ido de criados de unos señores de Galiana, y regresaron con cuatro reales, con los que abrieron el bar Casa la Rubia.

Cuento todo esto, porque mi abuela, es una de las mayores responsables de mi interés por la historia de nuestra villa; Sus historias sobre cosas acontecidas en la villa, como el hambre que pasaba en los principios del siglo XX, el vampiro de la Magdalena, el bar que poseía mi bisabuela, la fabrica de baldosas de mi abuelo, etc., me hicieron empezar a investigar sobre nuestro pasado. No es que mi abuela fuera una gran contadora de historias, pero recuerdo que a mediados de los años 80, cuando la televisión programaba la serie Raíces, esa serie hizo que empezará a interesarme por mis antepasados, ¿quiénes eran? ¿cómo vivían? ¿de donde procedían?, ahí empezaron las preguntas a mi abuela, de sus respuestas salieron nombres como Gertrudis, Benita, el Sargento “Pates”, Pepe “El Cristo”, etc. Veinte años más tarde, me regalaron un libro: “Avilés Memoria Gráfica”, cientos de fotografías del Avilés de primeros del siglo veinte. En ese momento renació mi interés por nuestro pasado, pero no solamente por mis ancestros. Esas imágenes hicieron que retomará con fuerza la realización de mi árbol genealógico, pero también mi interés por lo que es toda la historia de nuestra, villa milenaria.

viernes, 16 de febrero de 2018

LA SIDRA Y EL DR. VILLALAIN

"Esto lo dice J. Villalain en su Topografía Médica de Avilés de 1912.
¡¡Yo no, ehh!!".
"Lo que causa gran daño es la sidra. "Ir a la sidra" no es ir a beber un poco de sidra: es estar en la taberna horas y horas, cantando, comiendo, emborrachándose, fumando, respirando muy mal, porque las sidrerias son todas locales antihigiénicos, bebiendo cantidades enormes y usando para cada círculo de amigos, un solo vaso. La taberna de sidra, da alcohol a las vísceras, exceso de presión a los riñones y a las arterias y motivos de degradación al sidrero; y el vicio no es propio de las clases bajas, en la sideria andan juntas la blusa y la levita."Ir a la sidra" es una expansión muy asturiana que debiera desaparecer, porque detrás de ese encanto a lo Teniers ó San Ostade que tiene, asoman la enfermedad. el vicio, la degradación, y otra cosa nada buena a pesar de llamarse fraternidad: la fraternidad de los más viciosos del pueblo

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