ENTAMU

El último año del siglo XIX, vio la llegada de mi abuela a la vida, en el humilde y pescador barrio de Sabugo; vio la llegada de mi abuelo, que con su familia mirandina, desembarcó en el puerto de Santander, trasladándose a la Calle Nueva de Avilés. Llegaron a bordo del barco Alfonso XIII, procedentes de Santa Clara (Cuba), él apenas tenía tres años, sus padres no habían ido a hacer la Habana, habían ido de criados de unos señores de Galiana, y regresaron con cuatro reales, con los que abrieron el bar Casa la Rubia.

Cuento todo esto, porque mi abuela, es una de las mayores responsables de mi interés por la historia de nuestra villa; Sus historias sobre cosas acontecidas en la villa, como el hambre que pasaba en los principios del siglo XX, el vampiro de la Magdalena, el bar que poseía mi bisabuela, la fabrica de baldosas de mi abuelo, etc., me hicieron empezar a investigar sobre nuestro pasado. No es que mi abuela fuera una gran contadora de historias, pero recuerdo que a mediados de los años 80, cuando la televisión programaba la serie Raíces, esa serie hizo que empezará a interesarme por mis antepasados, ¿quiénes eran? ¿cómo vivían? ¿de donde procedían?, ahí empezaron las preguntas a mi abuela, de sus respuestas salieron nombres como Gertrudis, Benita, el Sargento “Pates”, Pepe “El Cristo”, etc. Veinte años más tarde, me regalaron un libro: “Avilés Memoria Gráfica”, cientos de fotografías del Avilés de primeros del siglo veinte. En ese momento renació mi interés por nuestro pasado, pero no solamente por mis ancestros. Esas imágenes hicieron que retomará con fuerza la realización de mi árbol genealógico, pero también mi interés por lo que es toda la historia de nuestra, villa milenaria.

jueves, 8 de febrero de 2018

HUELGA EN LA CONSTRUCCION EN 1900

El 1 de Abril de 1900 los obreros de la construcción de Avilés habían solicitado a los maestros y patronos del ramo la reducción del horario de trabajo de once a nueve horas. Como dijimos anteriormente sólo había contestado favorablemente el patrón Santos Díaz. El 28 de abril los patronos acuerdan entre ellos conceder la jornada de diez horas y media y una parada para la merienda. El 1 de Mayo y después de la gran manifestación de las Sociedades Obreras, los patronos vuelven a reunirse entre ellos y acuerdan conceder la jornada de diez horas, esto lo hacen sin negociar con el Centro Obrero, pues querían dar la impresión de que esa reducción de jornada era un regalo de ellos, y que el Centro Obrero no tenía nada que ver con ello. Esto lleva a las Sociedades de canteros, manposteros y peones a declararse en huelga a partir del 30 de Abril, durante la huelga, que fue total, se recibieron donativos de distintas Sociedades Obreras, incluso de alguna extranjera. La huelga fue totalmente pacífica, lo que incluso llevó a decir al alcalde de Avilés, que aquello no parecía una huelga. La huelga duró hasta el día 8 de Mayo, y reunidos en el ayuntamiento de Avilés y en presencia del alcalde, patronos y obreros se levantó el siguiente acta:
 “En la Villa de Avilés, a ocho de Mayo de 1900, reunidos por invitación del Sr. D. Florentino Álvarez Mesa, los maestros de obras de la población que abajo firman y D. Enrique Fernández y D. Emilio Paredes como representantes del Centro Obrero, para armonizar las diferencias surgidas entre los trabajadores del gremio de canteros, manposteros y peones,y aquellos, por negarse a conceder la jornada de nueve horas, que los últimos solicitan, después de deliberar detenidamente acuerdan: Que en lo sucesivo la jornada de trabajo, para todos los obreros del ramo de la construcción, o sea, además de los expresados, los carpinteros, albañiles y pintores, será de diez horas desde el día uno de mayo hasta el catorce de septiembre del presente año, y que para el próximo año venidero, dicha jornada sea de nueve horas durante la referida época. Que para las demás épocas del año, sean las jornadas las mismas que hasta la fecha se viene observando. Con lo cual, tanto los maestros como los representantes de los obreros, dan por terminadas sus discordias respecto del asunto objeto de este acta, y hacen constar su gratitud para con el Sr. D. Florentino Álvarez Mesa, digno alcalde de esta villa, a quien otorgan unánime voto de gracias por el interés que demostró en bien de unos y otros, hasta conseguir este amistoso arreglo” El día nueve todos los obreros volvieron a trabajar.

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