Los acontecimientos vividos días pasados, daban a
entender que los conflictos no han hecho más que empezar en una de las
empresas más importantes del país, nuestra entrañable y contaminadora
ENSIDESA. Al paro iniciado por la factoría Oeste (Avilés) el pasado
viernes dia 23 de Enero de 1976, la dirección de la Empresa Siderurgica
respondió de forma contundente pero que, en realidad era esperada: la
suspensión de empleo y sueldo durante 21 días de los productores que
habían tomado parte en la huelga ilegal, y que fuentes extraoficiales
cifraban en 9000, mientras que el servicio de información sindical hacía
pública la nota de 5.200.
La reacción
de los trabajadores a esta medida de la empresa tampoco se hizo
esperar, y así, el domingo día 25, en que les fue comunicada la sanción,
unos mil productores del turno de la mañana se reunieron en el tren de
hojalata, de donde fueron desalojados por la fuerza pública. Al no
conseguir su empeño, los afectados se congregaron, a primeras horas de
la tarde,en las Iglesias avilesinas de Santo Tomás (Sabugo) y Santa
Bárbara de Llaranes, en número cercano al medio millar en cada uno de
los templos, con la intención de encerrarse en los mismos, en señal de
protesta. La fuerza pública, que tuvo conocimiento en un principio de
sólo uno de los encierros, el de Santo Tomás, se personó con media
docena de jeeps en las inmediaciones de la citada iglesia, donde la
policía municipal avilesina colaboró a "controlar" el
tráfico. El acceso de personas al templo no fue impedido por la policía
que se limitaba a permanecer expectante, dado que, por ser domingo, los
trabajadores encerrados se mezclaban con el público que acudía a los
oficios religiosos correspondientes, que se desarrollaron normalmente.
No obstante, la presencia de curiosos en las cercanías del templo iba en
aumento, por lo que, efectivos de la policía armada procedieron en
diversos momentos a alejarles del lugar, labor dificultosa, dada la hora
y la zona, muy habituales de la juventud avilesina, especialmente los
días festivos. Alrededor de las siete de la tarde, parte de las fuerzas
de orden público se retiraron quedandoun jeep de retén.
EN LLARANES
Mientras,
en la iglesia de Santa Bárbara, otro grupo de productores sancionados
celebraban una asamblea en la que, a mano alzada, ratificaron las
peticiones a efectuar a la empresa, para la normalización de la
producción. El levantamiento de sanciones, la garantía de que no se
tomarán represalias, la readmisión de despedidos por causas de tipo
"político-laboral", y la continuación de las negociaciones del convenio
partiendo del mínimo negociado con la factoría ESTE (Veriña) pero con
diferente estructura salarial.
Aprobados
todos los puntos, los trabajadores se dispusieron a afrontar la
"papeleta" de un encierro de varias horas, por lo que varios de ellos se
encargaron de la búsqueda de los elementos necesarios (mantas,
provisiones, café, cigarrillos), que se compraron con el dinero de una
colecta espontánea entre los trabajadores encerrados. Al ir a recoger su
automovil para hacer estas gestiones, uno de los productores, Higinio
Álvarez, y un jurado, Lucio Feijoo, se encontraron con la desagradable
sorpresa de que tenían rajadas las cubiertas de las ruedas de sus
coches.
La asamblea continuaba mientras se
hacía acopio de material, pasándose a aprobar, también a mano alzada y
por unanimidad, las medidas complemetarias a adoptar en señal de
protesta por la sanción, llegándose al acuerdo de que los hijos de los
productores sancionados no acudieran a clase el lunes y que las mujeres
"boicotearan" el comercio.
Sobre las ocho
de la tarde se personó en el templo el párroco de Santa Bárbara, don
José Espina, para decir a los sancionados que acababa de recibir un
comunicado de la policía en el sentido de que desalojarían el templo si
los productores no lo hacían voluntariamente. Los encerrados, tras
considerar el nuevo cariz de los acontecimientos decidieron esperar a
que la policía consiguiera los permisos oportunos. Finalmente, ante la
presencia de las fuerzas de orden público, abandonaron la iglesia
alrededor de las diez de la noche, y así finalizaria el domingo.
EL LUNES
Tras
estos acontecimientos er de esperar un lunes también "cálido", y
efectivamente, así fue. En la mañana del lunes, los productores
sancionados trataron de celebrar una asamblea en los locales de la Casa
Sindical Avilesina, pero les fue impedido por lo que, una vez más, se
encaminaron a la iglesia de Santo Tomás (Sabugo), donde fueron disueltos
por elementos antidisturbios de la policía armada. trataron entonces de
intentar de nuevo penetrar en la Casa Sindical, pero les fue impedido
otra vez, registrándose además una amenaza anónima de bomba, que resultó
se falsa. Tras varias carreras por las calles avilesinas, los
productores, muchos de los cuales llevaban consigo a sus hijos pequeños,
se disolvieron.
En resumen, que la
factoria de Ensidesa se encuentra prácticamente parada, funcionando tan
sólo los equipos de manteniento, en evitación de averías catastróficas.
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