ENTAMU

El último año del siglo XIX, vio la llegada de mi abuela a la vida, en el humilde y pescador barrio de Sabugo; vio la llegada de mi abuelo, que con su familia mirandina, desembarcó en el puerto de Santander, trasladándose a la Calle Nueva de Avilés. Llegaron a bordo del barco Alfonso XIII, procedentes de Santa Clara (Cuba), él apenas tenía tres años, sus padres no habían ido a hacer la Habana, habían ido de criados de unos señores de Galiana, y regresaron con cuatro reales, con los que abrieron el bar Casa la Rubia.

Cuento todo esto, porque mi abuela, es una de las mayores responsables de mi interés por la historia de nuestra villa; Sus historias sobre cosas acontecidas en la villa, como el hambre que pasaba en los principios del siglo XX, el vampiro de la Magdalena, el bar que poseía mi bisabuela, la fabrica de baldosas de mi abuelo, etc., me hicieron empezar a investigar sobre nuestro pasado. No es que mi abuela fuera una gran contadora de historias, pero recuerdo que a mediados de los años 80, cuando la televisión programaba la serie Raíces, esa serie hizo que empezará a interesarme por mis antepasados, ¿quiénes eran? ¿cómo vivían? ¿de donde procedían?, ahí empezaron las preguntas a mi abuela, de sus respuestas salieron nombres como Gertrudis, Benita, el Sargento “Pates”, Pepe “El Cristo”, etc. Veinte años más tarde, me regalaron un libro: “Avilés Memoria Gráfica”, cientos de fotografías del Avilés de primeros del siglo veinte. En ese momento renació mi interés por nuestro pasado, pero no solamente por mis ancestros. Esas imágenes hicieron que retomará con fuerza la realización de mi árbol genealógico, pero también mi interés por lo que es toda la historia de nuestra, villa milenaria.

sábado, 24 de febrero de 2018

LA PRIMERA VEZ QUE LA PALABRA OBRERO APARECE EN LA PRENSA AVILESINA



En Avilés la palabra obrero, la encontramos por primera vez en el Eco de Avilés del 16 de septiembre de 1866, es un artículo del filósofo Estanislao Sánchez Calvo (republicano avilesino, que llegó a ser alcalde de Oviedo durante la primera república) titulado “Un consejo a los obreros de Avilés”: en dicho artículo Sánchez Calvo habla sobre la situación de pobreza y miseria que viven los trabajadores avilesinos y se compadece de ellos, les pide resignación y lanza la idea de crear una Sociedad de Socorros Mutuos para aliviar en parte su miseria, pero también les aconseja :

 “El mal es necesario, porque sin él no podríamos formar idea del bien.

 ¿Cómo apreciaríamos el suave perfume de la rosa si estuviésemos respirando constantemente su sólo aroma?

 Ni que sensación produciría en nosotros el calor, sino hubiéramos jamás sentido el frío

 No os dejéis seducir por ciertas teorías extravagantes, que con pretexto de mejorar la sociedad y reformar el mundo, hacen creer que bajo el yugo de ciertas leyes basadas en el capricho de un jefe de secta o de partido va a desaparecer el mal social.

 La sociedad como el universo tiene sus leyes, y nadie sino Dios que las ha dado como legislador supremo e infalible tiene derecho a variarlas”

Esto que escribe Sánchez Calvo en el Eco de Avilés, nos hace suponer que las ideas socialistas, ya habían llegado a los oídos de los obreros avilesinos en 1866.

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