ENTAMU

El último año del siglo XIX, vio la llegada de mi abuela a la vida, en el humilde y pescador barrio de Sabugo; vio la llegada de mi abuelo, que con su familia mirandina, desembarcó en el puerto de Santander, trasladándose a la Calle Nueva de Avilés. Llegaron a bordo del barco Alfonso XIII, procedentes de Santa Clara (Cuba), él apenas tenía tres años, sus padres no habían ido a hacer la Habana, habían ido de criados de unos señores de Galiana, y regresaron con cuatro reales, con los que abrieron el bar Casa la Rubia.

Cuento todo esto, porque mi abuela, es una de las mayores responsables de mi interés por la historia de nuestra villa; Sus historias sobre cosas acontecidas en la villa, como el hambre que pasaba en los principios del siglo XX, el vampiro de la Magdalena, el bar que poseía mi bisabuela, la fabrica de baldosas de mi abuelo, etc., me hicieron empezar a investigar sobre nuestro pasado. No es que mi abuela fuera una gran contadora de historias, pero recuerdo que a mediados de los años 80, cuando la televisión programaba la serie Raíces, esa serie hizo que empezará a interesarme por mis antepasados, ¿quiénes eran? ¿cómo vivían? ¿de donde procedían?, ahí empezaron las preguntas a mi abuela, de sus respuestas salieron nombres como Gertrudis, Benita, el Sargento “Pates”, Pepe “El Cristo”, etc. Veinte años más tarde, me regalaron un libro: “Avilés Memoria Gráfica”, cientos de fotografías del Avilés de primeros del siglo veinte. En ese momento renació mi interés por nuestro pasado, pero no solamente por mis ancestros. Esas imágenes hicieron que retomará con fuerza la realización de mi árbol genealógico, pero también mi interés por lo que es toda la historia de nuestra, villa milenaria.

sábado, 24 de febrero de 2018

ACCION CATOLICA DE LA MUJER EN 1926

En “Renovación Social” del 15 de Noviembre de 1926.

“ Cuando se fundó en Madrid, aunque con carácter nacional, la Acción Católica de la Mujer, una de las personas que con mayor interés siguieron el nacimiento de la obra, fue el presbístero asturiano Don Candido Alonso Jorge, desde muy joven grandemente benemérito de la Acción Católica, sobre todo en Avilés, donde siempre ha trabajado con insuperable ardor y constancia.
De Madrid se fue a Valencia, para estudiar sobre el terreno la gran institución de Acción Femenina, “intereses católicos”, y luego visitó en diferentes partes de España, obras pàrecidas pero más modestas. Con esta excelente preparación y la que le daba su experiencia y particularmente sus lecturas, pues se trata de un hombre muy culto, que sigue al día el movimiento de Acción Católica en todo el mundo civilizado, inició el Sr. Alonso Jorge en su querida villa natal, un apostolado del que todos tenemos mucho que aprender:
“- Mi distinguido amigo el director de Renovación Social, Sr. Arboleya, me pide una referencia de las instituciones femeninas inscritas en la Acción Católica de la Mujer, y de la labor de esta entidad en Avilés, más siendo aquellas muchas, y de diverso carácter, mejor que enumerarlas todas con sus respectivos detalles, creo mas conveniente exponer el origen y desarrollo de las mas principales, sus normas directivas, resultados obtenidos, etc.
Hasta 1919, y pocos meses antes de establecerse en Avilés la Acción Católica de la Mujer, como asi se efectuó en enero de 1920, la mujer avilesina actuaba principalmente en el terreno piadoso y benéfico, dirigía con brillante éxito la escuela dominical, y cooperaba desinteresadamente en cuantas obras naciesen o se desarrollasen con fines nobles y elevados, como tales también fueron siempre sus sentimientos y anhelos; pero todo esto, con ser muy excelente y laudable, no satisfacía las ansias de su selecto espíritu, deseoso de colaborar en instituciones y obras que mas directamente respondiesen a los nuevos males propios de la sociedad actual.
Entonces se manifestaba en Barcelona y en otras importantes poblaciones un repentino movimiento sindical femenino con acentuación muy izquierdista, que necesariamente tuvo que preocupar a cuantos observan el mundo social, sienten sus latidos y procuran remediar sus dolencias; y hallándome en madrid, donde acaba de fundarse la A. C. de la Mujer con carácter nacional, por responder esta entidad a una necesidad verdaderamente sentida de defensa y formación femenina, aún no debidamente comprendida por muchos, tuve ocasión de saturar mi espiritu de las nuevas orientaciones, que en el aspecto organizador de la Acción Católica femenina imponían las circunstancias de aquel momento, regresando a Asturia enteramebte decidido a contribuir con mis humildes servicios a la fundación de una Junta Local de esta entidad para contrarrestar exóticos feminismos e implantar paralelamente a las asociaciones piadosas y benéficas ya existentes, otras instituciones adecuadas a la obra social en que necesariamente la mujer avilesina tiene que intervenir, si su acción debe ser eficaz para el afianzamiento del órden social en nuestra patria, con miras a la vez a la defensa y conquista de derechos e intereses particulares de su sexo. Antes de hablar de las principales inscritas en Acción católica de la mujer, presentare para mayor claridad una idea de conjunto de todas las instituciones y obras agrupadas en las distintas secciones en que la Junta Local dividió su labor, y que se denominan por el fin especial que persiguen: Enseñanza, Beneficencia, Prensa, Obrera, Cívico- moral, y religiosa.
Sección de enseñanza comprende Escuela Dominical y Escuela Nocturna para obreras.
Sección de beneficencia. Sociedad de señoras de San Vicente de Paul, vulgarmente conocida con el nombre de “Conferencia”, el Ropero, y Apostolado de los enfermos.
Sección de prensa: “Fé y Acción”, órgano quincenal de la A. C. de la Mujer, y biblioteca de buenas lecturas.
Sección Obrera: Sindicato católico de obreras de la aguja, Sindicato Católico de Obreras de fábrica y talleres de aprendizaje
Sección Cívico y Moral: círculo de estudios y de acción
Sección Religiosa: las cofradías y asociaciones piadosas”

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