Extraído de “Avilés
entre los siglos XIII y XV, Anatomía de una villa Bajomedieval” de
Pablo Folgueira Lombardero
“En la Baja Edad Media,
la economía asturiana, hasta entonces rudimentaria, inició un
progreso lento pero continuado, debido en buena parte a la política
de repoblación urbana que desde el siglo XIII dará nuevos rumbos a
la vida de la región. Será en este siglo cuando los dos núcleos
urbanos de antiguo poblamiento, Oviedo y Avilés, alcancen su pleno
desarrollo. Es el momento de un aperturismo hacia el exterior, que se
ve claramente en las villas maritimas del reino, como es el caso de
Avilés. De hecho la expansión marinera de la región asturiana,
cuyo centro fue Avilés, se produjo a principios del siglo XIII, bajo
el reinado de Alfonso IX, que también concedió a la Iglesia de
Oviedo la participación en los derechos de portazgo que gravaban el
comercio con el puerto de Avilés. Pero fue la política de
repoblación urbana debida a la iniciativa del rey Alfonso X durante
la segunda mitad del siglo XIII la que impulsó la economía marítima
asturiana de manera definitiva, porque afectó principalmente a las
zonas costeras de la región.
De hecho, hablar de la
economía avilesina de la Edad Media es hablar de su puerto, ya que
la villa estaba asentada en un puerto natural. Además, el hecho de
estar también en una intersección de vías de comunicación,
benefició igualmente su orientación comercial. Buena parte, por no
decir todo lo que Avilés fue en la Edad Media se lo debió a su
puerto, y en esta época, su dependencia de él fue enorme.
Y es que el puerto de
Avilés fue un importante centro comercial. Ante la carencia de
ciertos productos de primera necesidad, sobre todo pan y vino, el
comercio asturiano tuvo que desarrollarse, salvando además el hecho
de que la cordillera cantábrica impedía unilé comercio terrestre
fluído. En este importante comercio, el puerto de Avilés tuvo una
importancia capital. De hecho, la especialización comercial de
Avilés se acrecentó durante la Baja Edad Media y también durante
el siglo XVI.
El comercio avilesino se
sustentaba en el puerto de la villa, y la estructura portuaria de
esta descansaba sobre el comercio de la sal. La sal será muy
importante en la transformación económica de la Asturias
bajomedieval, por su vinculación a la explotación y aprovechamiento
industrial y comercial de la pesca y la ganadería, principales
recursos de la región. Por eso la sal alimentó todo el gran
comercio en la Edad Media, junto a las especias, el vino, el trigo,
el pescado y las lanas, y permitió que desde finales del siglo XIII,
los puertos de la región se vincularan estrechamente con las rutas
salineras del mundo atlántico. La sal fue de esta manera el producto
mas destacado que se descargaba en el puerto de Avilés, y llegaba de
Francia, Portugal o el sur de la península ibérica.
De este modo, Avilés se
convirtió en el primer centro del tráfico marítimo regional, en
general y de sal en particular, siendo su puerto el centro del
comercio salinero de Asturias, y convirtiéndose también en uno de
los puertos cantabricos mas frecuentados por la navegación
comercial, tanto de cabotaje como de larga distancia.
Avilés logró de esta
manera tener el puerto más importante de Asturias en la baja Edad
Media, y en él se descargaba la mayor parte de la sal que se
consumía en Asturias. Esta sal era consumida también en las tierras
de los Obispados de León y Astorga, que estaban obligadas a
aprovisionarse en el alfolí de Avilés desde una fecha que nos es
desconocida. No obstante sabemos, que aprincipios del siglo XVI ya lo
estaban, de manera que no sería extraño que esa obligación ya
fuera anterior.
El alfolí de Avilés
era el mas antiguo de Asturias, apareciendo mencionado ya en un
documento de los incios del reinado de Alfonso IX, y tuvo un papel
capital para asegurar la importancia urbana de la villa. Este alfolí
o depósito privilegiado de sal se mantendrá durante mucho tiempo,
manteniendo su supremacía en Asturias hasta los tiempos modernos.
Pero la sal no fue el
único producto que se importaba en el puerto avilesino. Se
importaban también vino, paños y trigo, y en menor medida cera,
cuero y ciertos alimentos. Las telas tenían mucha importancia y
venían de norte y oeste de Francia (principalmente de La Rochelle) y
también de Flandes. No sólo se vendían en Asturias, sino que desde
aquí llegaban a León y a las villas del camino a Medina del Campo.
Para beneficiar el comercio, se quitaron los impuestos que gravaban
las mercancías procedentes de Avilés por el interior. Sin embargo
desde Avilés se exportaba mucho menos de lo que se importaba. El
principal producto de exportación era la madera, sobre todo de
castaño. También se exportaba hierro, y esos dos productos eran las
materias primas asturianas más importantes en ese momento a la hora
de exportar. También se exportaba carne y pescados salados (una vez
más, vemos la importancia de la sal en el comercio avilesino) y
también tocino, y en ocasiones, fruta.
Es en esta época
cuando, gracias a que desde el puerto de Avilés, iban mercancías
hacia Oviedo, que era el principal mercado de esta villa, y desde
Oviedo hasta León y el resto de poblaciones de la meseta, empieza
Avilés a adquirir unos perfiles urbanos claramente definidos. El
comercio avilesino además se vió beneficiado por los poderes,
porque hemos visto como los mercaderes avilesinos tenían, según el
fuero de la villa, el privlegio de no pagar portazgos ni pontazgos en
sus desplazamientos comerciales desde el mar hasta León. Este
privilegio se vió refrendado en varios documentos posteriores, como
el testimonio notarial de 14 de noviembre de 1281,ratificación de
Añfonso X en un documento del 20 de diciembre del mismo año. Además
ese privilegio se ira ampliando, ya que en 1299, el rey Fernando IV
exime a los avilesinos del pago del portazgo en todo el reino, salvo
en Toledo, Sevilla y Murcia, y también del peaje y anclaje de las
naves de la villa de Aviles.
La pesca tuvo también
mucha importancia en la economía avilesina. De hecho, la importancia
de la pesca tuvo un importante crecimiento durante la Baja Edad
Media. Las actividades pesqueras se centralizaban en el arrabal de
Sabugo, donde estaba la población vinculada con esa actividad.
Vemos así como el
puerto de Avilés y las actividades con el relacionadas van teniendo
una importancia cada vez mayor, de tal modo que este puerto llegará
a ser uno de los más importantes de la costa cantábrica. Tuvo
también mucha importancia como centro económico, porque en él
desembarcaban una gran cantidad de productos, como la pesca, además
de ser el centro de la actividad salinera. Por eso podemos decir que
todos, o la mayoría de los habitantes del Avilés bajomedieval se
vinculaban en mayor o menor medida con el comercio, la navegación, o
el transporte de mercancias, o sea, que vivían de algún modo de ese
puerto que tanto movimiemto tuvo durante la baja edad media, poruqe
además en esta época fueron creándose industrias relacionadas con
la vida portuaria y mercantil. Pero además, en el núcleo urbano
también había artesanos, que demostrarían que en Avilés, ya había
una cierta especialización laboral.
Con todo esto, Avilés
experimento en esta época, junto con Oviedo, ciudad a la que Avilés
debía en parte su desarrollo, el mayor avance económico de la
región.
No obstante, el incendio
acaecido en 1478, ocasionó enormes pérdidas económicas, que se
trataron de minimizar mediante la concesión, por parte de los Reyes
Católicos de un privilegio para la celebración de un mercado
semanal franco de alcabalas en la villa.”
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