ENTAMU

El último año del siglo XIX, vio la llegada de mi abuela a la vida, en el humilde y pescador barrio de Sabugo; vio la llegada de mi abuelo, que con su familia mirandina, desembarcó en el puerto de Santander, trasladándose a la Calle Nueva de Avilés. Llegaron a bordo del barco Alfonso XIII, procedentes de Santa Clara (Cuba), él apenas tenía tres años, sus padres no habían ido a hacer la Habana, habían ido de criados de unos señores de Galiana, y regresaron con cuatro reales, con los que abrieron el bar Casa la Rubia.

Cuento todo esto, porque mi abuela, es una de las mayores responsables de mi interés por la historia de nuestra villa; Sus historias sobre cosas acontecidas en la villa, como el hambre que pasaba en los principios del siglo XX, el vampiro de la Magdalena, el bar que poseía mi bisabuela, la fabrica de baldosas de mi abuelo, etc., me hicieron empezar a investigar sobre nuestro pasado. No es que mi abuela fuera una gran contadora de historias, pero recuerdo que a mediados de los años 80, cuando la televisión programaba la serie Raíces, esa serie hizo que empezará a interesarme por mis antepasados, ¿quiénes eran? ¿cómo vivían? ¿de donde procedían?, ahí empezaron las preguntas a mi abuela, de sus respuestas salieron nombres como Gertrudis, Benita, el Sargento “Pates”, Pepe “El Cristo”, etc. Veinte años más tarde, me regalaron un libro: “Avilés Memoria Gráfica”, cientos de fotografías del Avilés de primeros del siglo veinte. En ese momento renació mi interés por nuestro pasado, pero no solamente por mis ancestros. Esas imágenes hicieron que retomará con fuerza la realización de mi árbol genealógico, pero también mi interés por lo que es toda la historia de nuestra, villa milenaria.

jueves, 18 de enero de 2018

COMPRA DE UNA ESCLAVA NEGRA POR UN COMISARIO DEL SANTO OFICIO EN AVILES EN 1602

Extraido de “La Villa de Avilés en 1602. Estudio del Protocolo Notarial de Julián Valdés León” de Néstor Vigil Montes.

1602. Enero. 24. Avilés.

“En la villa de Avillés a beinte y quatro días del mes de henero de mil e seisçientos y dos años, ante mi scrivano y testigos paresçieron presenten de la una parte Diego Gonçalez de Rodiles, comisario del Santo Oficio, y de la otra Gaspar Rodríguez, portugues, vezino de la villa de Abeiro. Y fueron conformes de quel dicho Gaspar Rodríguez a de comprar una negra moça de hasta beinte años, bien dispuesta por todo aquello que fuere concertar. Y la ha de traer a esta villa de Avillés y embarcarla por quenta y riesgo del dicho Diego Gonçalez de Rodiles. Y el dicho Diego Gonçalez de Rodiles quedó y se obligó de que luego de que se le entregue la dicha negra pagará todo el dinero que ubiere costado, mas todos los dineros que el dicho Gaspar Rodríguez pagare por la traer, en qualquiera parte con todos los costos que hiçiere. Y que si se perdiere la dicha negra por algún casso fortuito de suerte que se pierda, que asi mismo el dicho Diego Gonçalez de Rodiles se le a de pagar con mas los costos, trayendo testimonios el dicho Gaspar Rodríguez de como la embarcó por quenta y riesgo del dicho Diego Gonçalez de Rodiles, y del suçesso y fortituto. Y para ello dieron poder a las justicias del rey nuestro señor, a la que de Dios se debe someter, cada uno a las de su fuero y jurisdicción, renunciaron todas leyes en su fabor asi // en general como en especial, y la ley e Dios que en general renunçiaçión de leyes quel hombre faga, fecha que no bula....”

No hay comentarios:

Publicar un comentario